Les invito a hacer una pequeña oración para terminar nuestra reflexión: Dio, Padre Bueno, hoy te pido que aumentes en mí alma la esperanza de ver en tu Iglesia y en el mundo cumplidas tus promesas. Permíteme ver y disfrutar de la presencia de ti Reino en mi vida en mí alrededor. Te lo pido por Tu Hijo Jesucristo. Amén.