Señor, ayúdanos a ser verdaderos amigos como lo era Jesús: estar siempre presentes en los momentos más difíciles de la vida de los demás, a valorar aún más a nuestros allegados, a considerar a nuestros amigos y pareja como un tesoro, a poderles mostrar lo que significan en nuestras vidas y a siempre agradecerles por estar con nosotros cuando más lo necesitamos. Amén.