Por último debemos leer este evangelio en clave escatológica, estamos en el tiempo de adviento, por lo tanto estamos esperando esa venida definitiva del Señor. El tiempo de la Iglesia es el tiempo de la espera, tiempo de fiesta, por eso debemos estar siempre preparados, no con los brazos cruzados sino cargando el yugo que el Señor nos propone, el yugo del amor a Dios y al prójimo como a uno mismo.