Dios, Padre de amor infinito, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestros corazones e ilumines nuestras mentes para conservar nuestra fe y compartirla con quienes han perdido la esperanza y la alegría de vivir. Enséñanos a ser sal y luz para los demás. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo comunión con el Espíritu Santo. Amén.