Jesús nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor” (Jn 14, 6).
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes, amén.
Roguémosle al Señor, que nos conceda la gracia de seguir a Jesucristo nuestro camino para tener la verdad y la vida por el.
¿Hasta dónde nos transforma y nos implica la resurrección del Señor en la proclama de su salvación para todos los hombres?
¿Qué significa en nuestras realidades que Jesús ha resucitado y nos participa de una nueva vida?
“Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos, escucha nuestras suplicas y sacia, con la abundancia de tus dones, la sed de quienes esperamos en tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Señor Jesús, tú nos conoces tal y como somos; te pedimos nos ayudes a escuchar tu llamado cuando la tentación a lo vano nos acose, cuando la desobediencia haga estragos en nosotros y lo atractivo de lo mundano empiece a alejarnos de ti. Gracias por tus bondades al reconocernos que somos de tu rebaño. Con toda la fe y esperanza queremos merecer ser contados como tuyos. Amén.
O Jesús, tu eres mi vida. En ti encuentro verdes praderas y agua que da vida. Ayúdeme a poner atención a tu voz y saber discernir en el Espíritu Santo mi vocación. Y mande muchos obreros nuevos a la mies para hacer la cosecha para tu Reino, tu que eres nuestro Buen Pastor y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
Señor, te damos gracias por la victoria de Cristo sobre el Pecado y la muerte. Concédenos que, confiados en la fuerza de su Espíritu, también nosotros en nuestras comunidades parroquiales y en nuestros ministerios mostremos con nuestras obras el poder de la resurrección. Amén.
Gracias te damos porque tu Espíritu nos mueve hacer cosas para que seamos parte de Ti. Te pedimos por todas las comunidades para que saquen adelante a todos esto proyectos que tiene, te pedimos por nuestros países, por Colombia, por América Latina para que tu veas en nuestro continente un pie para seguir caminando a tu lado. Amén.
Pidamos pues a él que nos dé esa gracia de acercarnos y apasionarnos por su palabra, de escudriñarla, de rumiarla y que desee allí podamos acercarnos a la santa eucaristía, al banquete de la vida para con los hermanos celebrar esa gracia, ese amor, esa misericordia de Dios y así mantener nuestro corazón inclinando permanentemente hacia él amén, feliz día para todos.
Pidamos al Señor que ayude a los cristianos que son perseguidos en algunos países para que sigan fiel en su fe en Dios y dando testimonio verdadero en la vida. Que Dios los bendiga y nos haga feliz en nuestra vida.
Pidamos pues a él que nos dé esa gracia de acercarnos y apasionarnos por su palabra, de escudriñarla, de rumiarla y que desee allí podamos acercarnos a la santa eucaristía, al banquete de la vida para con los hermanos celebrar esa gracia, ese amor, esa misericordia de Dios y así mantener nuestro corazón inclinando permanentemente hacia él amén, feliz día para todos.
Padre bueno y misericordioso, así como nosotros te pedimos que nos des vuestro pan de cada día, te pedimos que nos enseñes a compartir ese pan y el amor con el que nos lo das. No nos dejes caer en la tentación de la indiferencia al hambre de los demás. Te lo pedimos por Tu Hijo Jesucristo. Amén.
El corazón de los discípulos arde porque su Maestro les toca su corazón. Cambia la tristeza en alegría, la desolación en consuelo y paz. Es un cambio radical. En estos tres lugares Dios nos encuentra y se quiere quedar para siempre.
“Dios y Padre nuestro, Tu ayudaste a San Marcos el evangelista con Tú gracia para que pudiera predicar las Buenas Nuevas de Cristo. Ayúdanos a conocerte bien para que podamos vivir fielmente nuestras vidas como seguidores de Cristo”. Amén.
Amado Hermano, queremos proclamarte y amarte. ¡No queremos guardarnos nada! Enséñanos a vaciarnos de nosotros mismos para llenarnos de Ti; y de esa manera, poder gritar al mundo lo hermoso que es vivir en Ti. Amén.
Pidámosle también al señor que nos acompañe en el día a día, que nos acompañe en nuestras actividades y así poder ser unos verdaderos testimonios, unos verdaderos discípulos del amor de Dios aquí en la tierra.
Dios omnipotente que tu Espíritu Santo nos guie durante esta pascua y en nuestra vida, para tomar en serio las promesas de nuestro bautismo renovadas en esta pascua. Para así vivir una vida en el Espíritu. Te lo pedimos por Jesucristo nuestra Señor. AMEN.
¿Que cómo hacemos para superar las adversidades? ¿Qué cómo se mantiene la esperanza? Tan solo dejemos que el Espíritu Santo nos haga nacer de nuevo. Pidamos a Dios que nos ilumine con su Espíritu. Amén.
El tiempo de Pascua es un tiempo de asegurar las promesas del Señor Resucitado a cada uno de nosotros para recibir las bendiciones, la plenitud de vida, Buena salud, Buena comida, ropa y casa, trabajo, sobre todo, bienestar, seguridad, Buena fortuna, Amistad, Buena economía, paz y prosperidad. Que Cristo Jesús Resucitado los bendiga a cada uno de ustedes y sus familias con Shalom, paz y prosperidad para siempre. Amén.
Pedirle al Dios de la vida que seamos capaces de proclamar no la incredulidad, no los fracasos, sino que seamos capaces de proclamar con nuestras vidas la resurrección, la vida, el seguir creciendo, el seguir amando, el proclamar esperanza, el seguir creciendo.
Oh Jesus, que moriste y resucitaste por amor, aleja de nuestras familias y de la sociedad todas las formas de desesperación y desanimo, para que vivamos como personas resucitadas y seamos portadores de tu paz. Amen.
En este tiempo de prueba que estamos viviendo te pedimos Dios misericordioso tengas piedad y misericordia de tu pueblo, perdona nuestras faltas y muéstranos el camino que conduce a ti, inflama los corazones de tus fieles con tu amor, fortalece nuestra fe e ilumina con tu gracia a nuestros obispos y sacerdotes para que sigan celebrado los sacramentos con entrega y diligencia por el bien de toda la humanidad. Todo esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, amen.